Hace poco más un año, un magnate israelí del petróleo llamado Haim Tsuff se hacía con la propiedad del antiguo edificio de Correos en Málaga capital, y un año después de desembolsar 23,5 millones de euros en subasta pública llevada a cabo por la Junta de Andalucía, no se sabe el destino que tendrá una de las construcciones más conocidas del centro de la ciudad.
Ya no nos venden teléfonos, ahora nos venden cámaras de fotos del tamaño de un azulejo, y hemos pasado de revelar las fotos en una tienda a compartirlas de forma inmediata en redes sociales. Y el culpable ha sido lo que antes era llamado teléfono móvil. El mercado de los móviles se ha orientado tanto a la fotografía que ya no venden teléfonos, ahora parece que nos vendan cámaras de fotos.
Todo esto me ha recordado este texto de Joan Fontcuberta llamado “El infinito de las imágenes” y que leí hace poco:
De las imágenes artesanales hemos pasado a las imágenes automatizadas. El resultado es que tal inflación, más que facilitar la hipervisibilidad, parece sumirnos en la ceguera. Pero ¿estamos realmente saturados de imágenes?¿Hay demasiadas? ¿Resulta pernicioso ese exceso? El tránsito del homo sapiens al homo photographicus ha relegado la fotografía como escritura y la ha encumbrado como lenguaje. Hoy para hablar nos valemos –también– de las imágenes, y lo hacemos con la naturalidad del hábito adquirido sin darnos cuenta. El homo photographicus tiene condición de prosumer: productor y consumidor a la vez. Hay muchas imágenes porque su producción ya no es prerrogativa de operarios especializados sino dominio común. Hablamos con imágenes de forma espontánea, tal como hablamos con palabras. ¿Nos planteamos como problema la abundancia de palabras? La comparación es tramposa, pero pedagógica. La riqueza lexicográfica, por ejemplo, puede ser muy extensa, pero se ciñe a los límites del diccionario. En cambio, cada imagen es una invención (salvo formas codificadas como los emoticonos) y por tanto su repertorio es infinito.
Mantenerse al margen de las redes sociales, te convierte en una especie de ola solitaria en medio de la mar, por lo menos aún sigue apareciendo la web en la primera página de búsquedas de google, solo sobrepasada por Wikipedia y bancos de imágenes.
Mientras Filomena dejaba a media España bajo la nieve y sumida en un caos total, aquí en el Mar de Alborán (para los predictores del tiempo del TELEDIARIO esto no es el Mediterráneo) la calma era casi total, solo rota por alguna que otra ola…
La nueva ola, (que no tiene nada que ver con la pandemia) o New wave es un término global para varios estilos pop/rock de fines de la década de 1970 y mediados de la década de 1980, con vínculos con el punk y ciertos géneros del rock de los años 1970.8 Inicialmente, al igual que con el posterior rock gótico, la new wave se mantuvo prácticamente análoga al post-punk antes de ramificarse como un género distintamente identificado (aunque la new wave apareció primero que el post-punk), incorporando música electrónica, experimental, mod, disco y pop. Posteriormente engendró subgéneros y fusiones, incluyendo new romantic y rock gótico.
Difiere de otros movimientos con vínculos con la primera ola del punk, ya que presenta características comunes a la música pop, a diferencia del más «artístico» post-punk,9 aunque incorpora gran parte del sonido y ethos originales del punk rock;610 mientras que podría decirse que exhibe una mayor complejidad tanto en la música como en la letra. Las características comunes de la música new wave, al margen de sus influencias del punk, incluyen el uso de sintetizadores y producciones electrónicas, la importancia del estilo y las artes, así como una gran cantidad de diversidad.9
La new wave es vista como uno de los géneros definitivos de los años 1980.11 El género se convirtió en un fijo en MTV,9 y la popularidad de varios artistas de new wave se ha atribuido en parte a la exposición que les fue dada por el canal. A mediados de la década de 1980, las diferencias entre la new wave y otros géneros de la música comenzaron a desdibujarse.912 Ha disfrutado de un resurgimiento desde la década de 1990, después de un aumento de la «nostalgia» por varios artistas influenciados por el género. Los reavivamientos en la década de 1990 y principios de 2000 fueron pequeños, pero se hicieron populares en 2004. Posteriormente, el género ha influido en una variedad de otros géneros de la música.
Vaya… pues no hay variaciones a nivel de movilidad, cuando se esperaba se permitieran los desplazamientos entre provincias en Andalucía. Dicen toca esperar al menos hasta la Semana Santa y a que se consolide una mejoría más generalizada para abrir la movilidad entre las ocho provincias andaluzas… y mientras tanto camino de tres meses sin ver a nuestros familiares residentes fuera de la provincia.
En la playa de Benajarafe (Málaga) todos los artefactos de la playa están confinados y precintados a la puertas de una Semana Santa que si el tiempo lo permite, hubiera sido la reentré anticipada del verano… pero no, seguimos con cierre perimetral de la comunidad autónoma y de cada provincia, toque de queda desde las 22.00 horas a las 6.00 horas, cierre hostelero y comercial a las 18.00 horas, limitación de las reuniones a un máximo de cuatro personas, salvo convivientes, vigentes hasta las 0.00 horas del próximo viernes, a ver que dice la Junta esta tarde.
El fulano de la foto, caminaba casi a ras de las olas mientras hablaba por teléfono, y me pregunto si desde el otro lado le podrían oír entre el estruendo de las olas al romper…
Esta tarde, tanto el cielo como la mar tenían un aspecto gris y sucio por culpa de la calima, la mar era de fondo y al igual que ayer se están formando núcleos tormentosos en la orilla marroquí, que si llegan ha descargar como anoche (3mm) lo harán en forma de barro. Por cierto, la foto me la pidio el chico de la tabla.