No me mires con esa cara, lo haces como si llevase entre las manos un AR-15 en automático, cuando solo llevo una máquina de hacer fotos, y aunque esta a veces mienta, con tu mirada parece como si te fuese a robar el alma o la cartera, cuando eso ya te lo hacen otros a diario, por ejemplo los que trafican con tus datos.
Por la calle me he encontrado a gente que como tú, y fruto del recelo al verme con la cámara y en un arranque de histeria, se ha dirigido a mí de muy malas maneras, alguno incluso subiéndose las mangas, ha habido también quien ha llamado a la Policía Local, que ha venido me ha identificado, y seguramente haya pasado mi DNI por la base de datos de “antecedentes”, (que risa) otros simplemente me han lanzado una seria mirada de desaprobación como a ti te pasa, y eso sin tirarme la cámara a la cara con ánimo de hacer una sola foto desde la esquina en la que me encontraba apostado, pensando por mi parte, que si desde esa esquina hubiese estado vendiendo drogas, tal vez hubiese habido quizás más indiferencia hacia mi presencia…
Me miras de mala manera a mi y al artilugio que tengo atrapado en una mano, pero luego aceptas sin rechistar, al entrar en Bancos y entidades de crédito, joyerías, galerías de arte, museos, parking, farmacias, gasolineras, dependencias de la administración central, local o autonómica y etc. etc. que te graben o te hagan fotos, o también y sin enterarte, al caminar por la calle, salir irremediablemente dentro del encuadre de aquel que con el teléfono se está haciendo uno de los millones de selfis que ha diario se hacen con un móvil… como de la misma manera que toleras también que graben tu voz en una conversación como por ejemplo puede ser una consulta telefónica a tu proveedor de internet, y a mí me miras mal, y con desconfianza, porque llevo en la mano una cámara de hacer fotos.
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