Como una importante fuerza política, económica y social, el bazar ha representado una oposición contra las clases favorecidas y la élite política en Irán durante gran parte del siglo XX.
La dinastía Pahlavi consideró al bazar como un impedimento contra la sociedad moderna que deseaba crear, y trató de promulgar políticas que disminuyeran su importancia, ya que consideraban que la alianza entre las fuerzas mercantiles de los bazares y los clérigos del chiismo y el fundamentalismo islámico representaban una seria amenaza contra el gobierno imperial, tal como ocurrió en 1890 y de nuevo durante la Revolución Constitucional de 1905–1907. Muchos especialistas creen que el surgimiento de dicha alianza en el período 1923–1924 fue lo que convenció a Reza Shah de no establecer una república, como había hecho Atatürk en Turquía, sino una nueva dinastía basada en su propia familia.