El cigarrillo (también llamado cigarro) es uno de los formatos más populares para el consumo de tabaco. Un cigarrillo es una planta seca normalmente de tabaco picado envuelto por una hoja delgada de papel en forma de cilindro. Comúnmente presenta integrado un filtro para reducir los daños a la salud.
Fue definido ya por Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias como «ciertas hojas secas envueltas en otras hojas, también secas, parecidas a los petardos… Se encienden por un extremo y se chupan por el otro… para introducir en los pulmones ese humo con el que adormecen el cuerpo y así se embriagan». Fue condenado por Jacobo I de Inglaterra por ser «repulsivo para el olfato, desagradable para la vista, peligroso para el cerebro y nocivo para los pulmones».1
El hábito de fumar tabaco se considera un uso legal de la droga conocida como nicotina, con fines recreativos. Aproximadamente, el 80% de los fumadores viven en países de ingresos bajos o medios.2 También se ha considerado una afición masculina a lo largo de la historia. Existe evidencia científica que confirma que los hombres con altos niveles de testosterona son más propensos a fumar tabaco.3
El consumo de tabaco es una de las principales causas de muerte, enfermedad y empobrecimiento en el mundo,24 tanto por el consumo voluntario o por respirar el humo de forma pasiva.5