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LA BELLEZA DE LOS NÁUFRAGOS

Mira sin hacer ruido. Encuadra descalzo y suave, de fuera hacia dentro, respira y entre la vida y un presente indeterminado, Paco Martín Cobos captura un instante sin nombre: el sospechoso de una emboscada urbana; la señora perdida frente a la rebeldía de un mapa desordenado en el aire; el gesto de un ángel adolescente y en cuesta subiéndose el pantalón humilde; la bicicleta de invierno a la que le intuye un poema de amor bajo la lluvia. Sus fotografías se nos acercan al oído y nos cuentan a nosotros solos la intimidad de esa luna rodando equilibrista por el brazo de una farola terminada en vértigo; la espera de la felicidad con espuma rubia. Otras veces, su cámara, su manera de narrar, se vuelven escénicas y futuristas para componer hipnóticos paisajes del apocalipsis a los que les inventa extrañamiento y belleza, el relato de un objeto a punto de desvanecerse entre la marea de la niebla y la prestidigitación de la luz. Señales de tráfico, un semáforo enterrado en la arena, un equipo de grabación del silencio y su oleaje, y él al otro lado sintiendo la brisa y el frío dentro y fuera de la imagen de la que ha retratado el secreto de su naufragio.

La fotografía también es una arquitectura de espacios en un espejo: el que se crea a partir de un reflejo, de un ángulo, de la medida y el lenguaje con los que el ojo construye la perfección de una fachada; la soledad erguida de un edificio; su geometría despojada de ferocidad; espacios por los que sólo transita el destello de un fantasma o los gélidos pájaros de unas chimeneas industriales. De nuevo la orilla al borde de la metamorfosis, el monólogo de lo que callan las imágenes y murmuran diáfanas, orquídeas suspendidas en el fulgor de su serenidad, congelada en ocasiones, y en otras azul en su ensoñación gravitando. El envés de la naturaleza a la que contrapone Paco Martin Cobos la dureza del blanco y negro de sus retratos humanos y la cartografía de su piel. Un pescador, un vagabundo, gente con la sombra en blanco y el tiempo inmóvil, sobre los que nos desvela su ternura y su lejanía, su sal y su promesa.

Da igual lo que encuadre y desde dónde, Paco Martin Cobos tiene una mirada polifónica. Nos transmiten música sus objetos y sus criaturas, un eco de cine, una historia que duerme en el interior de la imagen. Y es también un fotógrafo bilingüe: narrador, poeta, ladrón de lo anónimo, mago de lo espectral, flaneur del instante en fuga. Y siempre, la vida a amaño de hombre y sus naufragios.

Guillermo Busutil / Escritor, periodista y Premio Nacional de Periodismo Cultural.

 


Le decía mi abuela María a mi madre en referencia a mi: “este niño va a ser muy listo”… quizás porque me veía con mucha frecuencia con la vista perdida entre enormes libros de texto rescatados de no se sabe donde, pero lo que no sabía mi abuela, es que pocas veces mi interés estaba en la lectura del los libros, si no en las imágenes que acompañaban su contenido y que me pasaba horas mirando… siendo esta mi única formación visual, porque realmente no tengo otra.
No hay apenas currículo que mostrar, tengo mucho que contar con la cámara, pero poco que decir en líneas de texto, no poseo ningún tipo de estudios sobre fotografía, y jamás he ganado algo en concurso alguno.
Jubilado forzoso por una enfermedad de carácter neurodegenerativa (Párkinson) soy completamente autodidacta, mientras pueda seguiré haciendo fotos y fotografiando aquello que se me ponga por delante y me atraiga visualmente… buscare el encuadre fotográfico y la composición, hasta que ese “amigo invisible” que me acompaña no me deje ni utilizar el trípode.

 

A día de hoy, he expuesto en la Sala Mare Nostrum del Rincón de la Victoria (Málaga), Biblioteca de Andalucía (Granada) la sala «Planta Baja» del IES Miraya del Mar (Torre del Mar, Málaga) Museo de Nerja (Málaga) o en el Museo de León, entre otros.

Esto escribieron de mi los amigos de Cúltura Inquieta.

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My grandmother María used to say to my mother in reference to me: «this child is going to be very smart» … perhaps because he saw me very often with his eyes lost among huge textbooks rescued from no one knows where, but what not My grandmother knew, it is that my interest was not always in reading books, if not in the images that accompanied their content and that I spent hours looking … this being my only visual training, because I really have no other.

 

There is hardly any curriculum to show, I have a lot to tell about the camera, but little to say in lines of text, I do not have any kind of studies on photography, and I have never won anything in any contest.
Forced retirement due to a neurodegenerative disease (Parkinson’s) I am completely self-taught, as long as I can, I will continue taking photos and photographing what comes before me and I like it … I will look for the photographic framing and composition, until that «something» that accompanies me do not let me or use the tripod.

 

To this day, I have exhibited in the Mare Nostrum Room of the Rincón de la Victoria (Malaga), Andalusia Library (Granada) the «Ground Floor» room of the IES Miraya del Mar (Torre del Mar, Malaga) Museum of Nerja (Malaga ) or in the Museum of León, among others.